Para nadie es un secreto que durante los último 30 años, el fútbol profesional colombiano ha logrado instalarse en las dinámicas hegemónicas del orden económico mundial, lo que en definitiva lo ha convertido en un apéndice mas del modelo mercantilista de la realidad. Desde este enfoque que ha tomado el fútbol asociado (gerenciado), es que se propone el término de "Fútbol Negocio" como un ámbito conceptual que busca hacer visible la continua pérdida de valores y referentes históricos asociados a este deporte (la pasión, la solidaridad, el cooperativismo, el arte...) y que termina por reducirlo al engranaje del ideal neoliberal, culpable principal de las condiciones indignas en que vive el pueblo trabajador.
Respecto a esto, los grandes monopolios empresariales a nivel mundial han sabido aprovechar la oportunidad que les brinda "el deporte mas lindo del mundo" para instalar sus estrategias comerciales a través de patrocinio, créditos, compra y privatización de clubes. Anteriormente en otra publicación de este blog habíamos expuesto los alcances de estos asuntos y a su vez, se hablaba de algunas prácticas de resistencia gestadas desde diversas hinchadas populares. Sin embargo esta resistencia al fútbol moderno aún es tímida.
El el caso de Colombia, existe un inmenso monopolio empresarial que tiene tiene en su poder la liga de fútbol (a través del patrocinio de Postobon), parte de los derechos de televisión (a través de un canal privado como RCN) y la ficha de uno de los equipos mas tradicionales (Atl. Nacional), lo que ha llevado a numerosas críticas en torno al componente ético/competitivo que esto puede acarrear; según los argumentos se estaría favoreciendo al equipo que hace parte de este emporio comercial. A partir de las posibilidades de información que brindan las redes sociales se ha intentado llevar a cabo una crítica coherente sobre este asunto con la finalidad de que trascienda.
El caso insólito y vergonzoso lo demuestra la que se puede considerar la hinchada popular del Junior de Barranquilla, El llamado Frente Rojiblanco Sur, lo cual es fiel muestra de la poca apropiación de una conciencia crítica en el ámbito de barras organizadas en Colombia. En su afán por mostrar su inconformismo con el sistema que caracteriza a la liga de fútbol, han promovido dejar el consumo de los productos de la marca Postobón (según dicen, como un acto de protesta y de acción práctica contra el monopolio) y pasar a consumir los productos de la empresa que le compite comercialmente: nada mas y nada menos que la multinacional Coca Cola.
No es necesario entrar a plantear las estrategias monstruosas que ha empleado esta multinacional a lo largo de su historia, para caer en cuenta de lo insólito y contra-producente de este caso. Es imposible generar un verdadero cambio a partir de prácticas tan vacías de argumentación crítica y conciencia social que lo único que hacen es darle mayor protagonismo a eso que llamamos Fútbol Negocio.