martes, 29 de abril de 2014

A Esteban, desde la tribuna

Extracto del homenaje hecho por el Colectivo Bolivariano Cristiano Lucarelli, a Esteban, guerrillero de las FARC muerto en combates con el Ejercito de Colombia. Las siguientes letras demuestran la compleja realidad del conflicto armado colombiano, que va mas allá de la "verdad" oficial, pues influye en la totalidad de la sociedad. También en nuestro contexto barrista y futbolero.

(...) Hinchamos, obviamente, por equipos distintos y en tribunas distintas, pero los azares de la vida nos pusieron del mismo lado en la lucha de clases.
Esteban, guerrillero, comunista, se forjó al calor de aquella generación de adolescentes que hacia 1997 buscamos romper con los cánones de la tradicional afición futbolera colombiana y llevamos hasta las últimas consecuencias –para bien y para mal- lo que habían empezado aquellos de la generación del 91: los primeros saltarines y los pioneros del humo tribunero. Eran los tiempos de los primeros viajes para ver al club fuera de casa, de las primeras peleas y de la difusión de los casetes de Los de Abajo, Garra Blanca y La 12. Fuimos, de alguna manera, gotas dentro de una misma marejada de jóvenes descontentos dispuestos a todo.
Quizá, en algún momento del 98 o el 99 me cruzara con Esteban en alguna calle circundante a una cancha, los ánimos arriba, el sentido tribal del barrista a flor de piel. Hoy, infelizmente, no puedo hablar con él de esto, rememorar aquella época en que nos sentíamos pariendo una nueva forma de vida, una rebelión tribunera.
Los tiempos pasaron. Una gran cantidad de antiguos amigos convirtió la tribuna en su negocio mafioso y en su forma de vida. Otros, mutaron en amigos de la policía. Por caminos heterogéneos, pero convergentes, otros pocos barristas pasamos del para-avalanchas a la lucha social, del papel picado al esténcil y el explosivo artesanal. Y allí, tejiendo revolución, estaba Esteban, a quién la represión lo llevó a asumir consecuentemente la lucha armada, teniendo entonces que cubrir su querida camiseta futbolera con el camuflado de los guerrilleros de las FARC-EP.
Sé que no seré el único que en unos cuantos domingos estaré viendo a mi equipo salir a la cancha. Y sé que no seré el único que en ese momento mágico que solo el hincha conoce, pensaré en Esteban y sabré que, a pesar de que nuestros colores son distintos, alentamos al mismo pueblo y vestimos la misma camiseta (...)

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